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Clasicismo obligatorio: el polémico decreto de Trump

Mármol de la cantera de Alconera, usado en arquitectura desde Roma hasta el siglo XXI

Dos debates de actualidad sobre el futuro de la arquitectura pública en EE.UU.

La reciente orden ejecutiva de Donald Trump sobre arquitectura federal ha vuelto a encender un debate que trasciende fronteras: ¿Quién decide cómo debe ser la arquitectura pública? Y más aún: ¿los materiales nobles como el mármol, la caliza y el granito son un legado fosilizado o pueden ser protagonistas de la arquitectura del siglo XXI?

El decreto que polariza:
«Making Federal Architecture Beautiful Again«

El 28 de agosto de 2025, el presidente Trump firmó una nueva orden ejecutiva que establece el estilo clásico y tradicional como preferente para edificios públicos federales, especialmente en Washington D.C. Se trata de una reedición de la directriz original de 2020 (EO 13967), que Joe Biden revocó apenas comenzar su mandato en febrero de 2021.

La justificación oficial es clara: recuperar la «grandeza arquitectónica», ennoblecer el espacio público y garantizar que los edificios federales inspiren cohesión cívica.

Trump critica abiertamente los estilos modernos y brutalistas, considerándolos «impopulares y poco dignos». La orden obliga a la Administración de Servicios Generales (GSA) a priorizar equipos con experiencia en arquitectura histórica y exige justificación presidencial si un proyecto se aparta del canon clásico.

¿Por qué Biden revocó la orden original?

La revocación de Biden en 2021 no fue casual. Su administración defendió la libertad de elección en el diseño arquitectónico, rechazando la imposición de un único estilo.

El American Institute of Architects (AIA) celebró la decisión, argumentando que el pluralismo arquitectónico refleja la diversidad cultural, impulsa la innovación y responde mejor a los retos ambientales contemporáneos.

Para los detractores del enfoque Trump, imponer un canon estético por decreto presidencial es un anacronismo que limita la creatividad y convierte la arquitectura en instrumento político.

Debate 1: ¿Clasicismo impuesto o libertad creativa?

Aquí se enfrentan dos visiones irreconciliables sobre el papel del Estado en la arquitectura pública.

Los defensores del clasicismo argumentan:

  • Poder simbólico: Los lenguajes históricos confieren solemnidad y permanencia. La ciudadanía identifica columnas dóricas y frontones con los valores fundacionales de la democracia occidental.
  • Oportunidad económica: La orden reactiva la industria de la piedra natural. Materiales como el mármol, la caliza y el granito vuelven a ser protagonistas en concursos públicos.
  • Cohesión social: Un lenguaje arquitectónico reconocible puede unir a una sociedad fragmentada, ofreciendo referencias visuales compartidas.

Los detractores responden:

  • Intervencionismo político: La arquitectura no debería decidirse por decreto. Como señala este análisis crítico de El País, el intervencionismo en la creación artística es propio de otros tiempos y sistemas políticos.
  • Limitación funcional: La arquitectura contemporánea debe responder a desafíos como la eficiencia energética, la accesibilidad universal y la flexibilidad de uso. Las réplicas históricas no siempre lo garantizan.
  • Diversidad cultural: Imponer un único estilo niega la riqueza de expresiones arquitectónicas que reflejan la pluralidad de una sociedad.

Arquitectura Viva y Focus Piedra han documentado ampliamente cómo este debate divide a la profesión y cuestiona el equilibrio entre patrimonio e innovación.

Lo cual abre un segundo melón:

Debate 2: ¿El mármol solo transfiere legado histórico o se adapta al siglo XXI?

La segunda gran pregunta es técnica y estética a la vez: ¿Los materiales nobles están condenados a repetir fórmulas del pasado o pueden reinventarse?

La evidencia global sugiere que sí pueden reinventarse

En Europa, proyectos recientes en París, Londres, Bruselas y Berlín demuestran cómo el mármol, la piedra caliza y el granito reaparecen con acabados innovadores: superficies antimanchas, texturas «raw finish», laminados ultraligeros. La tradición se fusiona con la modernidad sin renunciar a ninguna.

En Medio Oriente, ciudades como Abu Dhabi, Dubái y Doha incorporan travertino, ónix y calizas locales en arquitecturas monumentales y aeropuertos futuristas. Los patrones geométricos tradicionales se reinterpretan con tecnología de corte CNC y retroiluminación LED.

En Asia, China y Japón combinan mármol, piedra volcánica y jade en sedes gubernamentales con soluciones minimalistas y ecoeficientes. El diálogo entre estética contemporánea y materiales milenarios es evidente.

La revalorización de materiales nobles conecta con la búsqueda global de durabilidad, autenticidad y calidad. Hoy se plasma en diversidad de aplicaciones, texturas y formas adaptadas al presente.

¿Réplica o reinterpretación?

El problema no es el mármol. El problema es cómo se extrae y se usa.

Una columna corintia de piedra puede ser tan anacrónica como innovadora, según su contexto y diseño.

Los materiales nobles no tienen ideología; los proyectos arquitectónicos con estilo impuesto por ley, sí.

Como señala Inmobiliare en su editorial de apoyo a la orden, la piedra natural ofrece cualidades técnicas indiscutibles: durabilidad secular, bajo mantenimiento, confort térmico, nula toxicidad. Pero estas virtudes no dependen de repetir el Partenón. Pueden aplicarse a una biblioteca certificada LEED, a un pabellón paramétrico o a una estación de metro bioclimática.

¿Retorno a los clásicos o reinvención contemporánea?

El verdadero debate no es mármol sí o mármol no.
Es cómo y por qué elegimos los materiales.
La monumentalidad puede ennoblecer el espacio público, pero también puede oprimir, independientemente de los materiales utilizados, naturales o sintéticos.
La innovación puede liberar la creatividad, pero también puede generar arquitecturas efímeras y descontextualizadas.

Quizás la respuesta está en un punto intermedio:

  • Materiales nobles reinterpretados con tecnología actual.
  • Piedra natural que dialoga con el patrimonio sin renunciar al futuro.

¿De qué lado está Ud?

  1. ¿Clasicismo por decreto o libertad creativa?
  2. ¿Réplica historicista o reinterpretación contemporánea?


Los debates están abiertos.


Una última reflexión desde el territorio del mármol

Mientras estos debates cruzan océanos, en España existen canteras centenarias que han abastecido tanto monumentos históricos como proyectos de arquitectura contemporánea.

VALEXMAR, con sus cinco variedades de mármol, es ejemplo de esa dualidad: tradición extractiva y adaptación a las demandas del diseño actual.

Precisamente ahora, la empresa ha abierto convocatoria de venta por plicas de su cantera, una oportunidad para quien vea en los materiales nobles no solo pasado, sino también futuro. Porque al final, lo que perdura no es el estilo, sino la calidad del material y la inteligencia de su aplicación.


Enlaces y fuentes citadas:

Variedades de mármol de Alconera


La cantera de Alconera ofrece una exquisita variedad cromática:

Blanco Alconera
Gris Marengo
Negro Pinta
Negro Laguna
Rojo Coralo
Otros productos